miércoles, 25 de junio de 2008

Poesía Romántica

Camina Bella

Camina bella, como la noche De climas despejados y cielos estrellados;
Y todo lo mejor de la oscuridad y de la luz Se reune en su aspecto y en sus ojos:
Enriquecida así por esa tierna luz Que el cielo niega al vulgar día.
Una sombra de más, un rayo de menos, Habría mermado la gracia sin nombre
Que se agita en cada trenza de negro brillo, O ilumina suavemente su rostro; Donde pensamientos serenamente dulces expresan Cuán pura, cuán adorable es su morada.
Y en esa mejilla, y sobre esa frente, Son tan suaves, tan tranquilas, y a la vez elocuentes,
Las sonrisas que vencen, los tintes que brillan, Y hablan de días vividos en bondad,
Una mente en paz con todo, ¡Un corazón cuyo amor es inocente!
Lord Byron

OH CAPITÁN, MI CAPITÁN
Oh Capitán, mi Capitán:nuestro azaroso viaje ha terminado.Al fin venció la nave y el premio fue ganado.Ya el puerto se halla próximo,ya se oye la campanay ver se puede el pueblo que entre vítores,con la mirada sigue la nao soberana.Mas ¿no ves, corazón, oh corazón,cómo los hilos rojos van rodandosobre el puente en el cual mi Capitánpermanece extendido, helado y muerto?Oh Capitán, mi Capitán:levántate aguerrido y escucha cual te llamantropeles de campanas.Por ti se izan banderas y los clarines claman.Son para ti los ramos, las coronas, las cintas.Por ti la multitud se arremolina,por ti llora, por ti su alma llameay la mirada ansiosa, con verte, se recrea.Oh Capitán, ¡mi Padre amado!Voy mi brazo a poner sobre tu cuello.Es sólo una ilusión que en este puentete encuentres extendido, helado y muerto.Mi padre no responde.Sus labios no se mueven.Está pálido, pálido. Casi sin pulso, inerte.No puede ya animarle mi ansioso brazo fuerte.Anclada está la nave: su ruta ha concluido.Feliz entra en el puerto de vuelta de su viaje.La nave ya ha vencido la furia del oleaje.Oh playas, alegraos; sonad, claras campanasen tanto que camino con paso triste, incierto,por el puente do está mi Capitánpara siempre extendido, helado y muerto.
W. Whitman

Asomaba

Asomaba a sus ojos una lágrima...
Asomaba a sus ojos una lágrima
y a mis labios una frase de perdón...
habló el orgullo y se enjugó su llanto,
y la frase en mis labios expiró.

Yo voy por un camino, ella por otro;
pero al pensar en nuestro mutuo amor,
yo digo aún: "¿Por que callé aquél día?"
y ella dirá. "¿Por qué no lloré yo?"
Gustavo Adolfo Bécquer

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