sábado, 28 de junio de 2008

Obras del Romanticismo

Acontinuación observaremos algunos fragmentos de obras del Romanticismo:

ANTONY
Adela de Hervey recibe una carta de Antony, su antiguo amante, después de tres años de no tener noticias de él y cuando ya ella estaba casada y con una hija. Antony es un joven inteligente, rico y de belleza física, pero el ser un hijo ilegitimo lo aparta de la sociedad parisiense de aquella época. Adela busca la estabilidad en un matrimonio de conveniencia, pero no puede dejar atrás su verdadero amor por Antony, que no es aceptado por la sociedad. Ambos se niegan a aceptar esa realidad que se les impone y en su lucha desencadenan una desgracia. Trata por todos los medios de no encontrarse con él, pero se ve envuelta en un accidente y es Antony quien la salva, poniendo en peligro su propia vida. Después se produce una lucha entre sus deseos y la antigua pasión; contra sus obligaciones como esposa y como madre. Antony le propone escapar, Adela le propone morir ambos, pero en la escena final son descubiertos en la conversación por la llegada del esposo y el puñal se encarga de desencadenar la obra.
Alejandro Dumas

Quintín Durward

Entre aquellos que fueron los primeros en ridiculizar y abandonar los principios de abnegación en que se instruyeron de jóvenes con todo esmero, figura en primer término Luis XI de Francia. Este soberano era de un carácter tan exclusivamente egoísta, tan incapaz de alimentar ningún propósito desligado de su ambición, codicia y deseo de goce egoísta, que casi parece una encarnación del propio demonio, al que le reconocemos la cualidad de hacer todo lo posible para corromper de raíz nuestras ideas sobre el honor. No hay que olvidar que Luis poseía gran dosis de ese ingenio mordaz que es capaz de poner en ridículo todo lo que un hombre hace en provecho de otro, y estaba, por consiguiente, muy calificado para representar el papel de amigo burlón e insensible.
Walter Scott

BALADA NUPCIAL
En mi dedo el anillo,la guirnalda nupcial mi sien decora;de sedas y diamantes busco el brillo,y soy feliz ahora.
Y mi señor me brinda amor seguro;pero al decirme ayer cuánto me adora,tembló mi corazón, como al conjuro,de "quien cayó en la guerra", al pie del muro,y que es feliz ahora.
Pero él tranquilizóme, y en mi frentebesó la palidez que le enamora.Y he aquí que en un ensueño, vi presente,al muerto D'Elormy: -suyo, en mi frente,fue el beso; y suspiré ( ¡cuán dulcemente! ):"-¡Ah, soy feliz ahora!"
Y si pude otorgar palabra nueva,así el voto juré, y aunque traidora,y aunque un luto de amor el alma lleva,ved brillar ese anillo que "me prueba"que soy feliz ahora.
¡Ah! ilumíneme Dios aquel pasado,pues si sueña o no sueña el alma ignora,y el corazón se oprime, y conturbadopregúntase, oh Señor, si el "Olvidado"será feliz ahora!

Edgar Allan Poe

No hay comentarios: